WINOCUR, ROSARIO / SANCHEZ, ROSARIO
En los últimos años, tener acceso a las tecnologías de información y comunicación (TIC) se ha convertido en un derecho inalienable. Sin embargo, la penetración en los hogares de las computadoras, tabletas y celulares inteligentes ha sido dispar. Mientras que en las grandes urbes y en las familias acomodadas es ya casi un hecho la asimilación de la tecnología en la vida cotidiana, en las comunidades más vulnerables hay todavía un largo trecho que recorrer. Para cerrar esta brecha, los gobiernos de varios países latinoamericanos, apoyados en organizaciones civiles, han puesto en marcha distintos programas que reparten dispositivos a los alumnos y hogares de familias pobres. Sin embargo, ¿poseer un dispositivo es suficiente para satisfacer sus derechos? Las herramientas digitales, como cualquier otra herramienta, son útiles en la medida del uso que se les dé.