EDWARDS, FLORENCIA
En el gabinete imaginario de Florencia Edwards, la infancia emerge libre de las categorías con las que el adulto la integra a su realidad. Es una infancia inaprensible, tan fugaz como fugitiva, que remece nuestra lógica cotidiana para hacernos ver que el niño no es el hombre del futuro, sino nuestro contemporáneo. Entre los reinos de Joseph Cornell y Henry Darger, sus libros crean un universo fantástico que solo le pertenece a ella