BURCKHARDT, CARL JACOB
Quizá no sea del todo casual haber encontrado este relato (en su edición de Munich en 1945, publicado con licencia del Control de Información del Gobierno Militar de la zona de ocupación americana en Alemania) en una librería de viejo -puesto que su mínima acción transcurre en una de ellas- ni que aparezca ahora en español, cuando se discute la idea de Europa, puesto que la conversación de la que habla -en un París pacífico entre dos guerras mundiales, es decir, en el centro de ese arte despierto y refinado, sagaz y ligero, de Luis XIII a Proust, que es la civil conversación- gira en torno al poder mediador de la literatura más allá de su instalación nacional, así como sobre sus limitaciones. Salvo el librero monsieur Agustin, los interlocutores de este idilio urbano en la Arcadia de los libros no son franceses: el bohemio Rilke, el alsaciano Herr, el suizo Burckhardt. O mejor, como dice Rilke, vivazmente retratado en estas paginas: no solo franceses, sino plenamente europeos, letrados de la supranacional Republica de las Letras, igual que los poetas de quienes hablan: Ronsard, Racine, La Fontaine y Johann Peter Hebel, este ultimo poeta dialectal. De hecho, la muestra de su poesia, no traducida hasta ahora aunque la tuvieron en gran estima Goethe, Benjamin, Heidegger y Sebald, es una de las sorpresas de este librillo singular.