SANHUEZA RAMIREZ, ELEODORO
La noche del once de Marzo de 1997 era caliente en Puerto Aysén. Una brisa del cerro Marchant bajaba con suavidad, aún con un gustillo a verano y, oscilaba perdido como una hoja u olas del mar, un algo, quizás el mismo río que avanzaba tranquilo. En las calles, el tránsito era bajo, y la gente iba a una velocidad normal en la zona, siguiendo la cadencia del sol que cruza el cielo. En la radio local había rancheras y oyentes pedían chamamé. En el estudio, la periodista Fernanda Lorca, con un cigarro sin encender en los labios, leyó por cuarta vez el testimonio transcrito apenas un día antes, madurando la intuición de que los diversos casos de muertes, cerrados mañosamente como suicidios, encubrían una poderosa mafia a la que muy pocos daban crédito. Lorca, comenzaba a idear un plan, en el cual no sólo ella era protagonista, sino también, el desaparecido y recordado Benito Foisy.