ITURRALDE, CAROLINA
La vida está llena de imágenes y palabras, momentos y sensaciones, recuerdos en medio del paso del tiempo y el crecimiento mismo de lo que fuimos y de lo que, en lo posible, seremos. Pictogramas, muchas veces indescifrables, permiten avanzar y, por qué no, retroceder para mirar, con calma y detenimiento, que pasó y cómo se dio todo lo que nos transformó en lo que somos.
El deseo nos señala cómo seguir en este camino sinuoso, que muchas veces nos aleja de nuestra primera intención, pero también nos ayuda a volver a encontrarnos en esa ruta llamada vida.
Por ahí va y transita Carolina Iturralde, y su Matemática de las letras, en medio de ese diario confesional, que, entre carta y carta, nos comparte su forma de expresión inmediata. El trazo libre da paso a la forma y fondo, en medio de la intención de comunicar lo que se ha venido dando. Desde una visión personal e íntima, nos invita a adentrarnos en un universo que plantea muchas inquietudes y nos deja pocas certezas, porque claro, somos nosotros, los lectores, quienes debemos saber encontrar las respuestas a todo lo que podemos ver y sentir. Ahí está el acierto, ahí está el acertijo, ahí está la red que nos une y nos permite soñar nuevas lenguas, nuevas maneras de construir una casa, a partir de tres rayones.
¿Es posible? Claro que sí.