ARLFREDO SODERGUIT
El di´a en que llegaron aquellos animales extran~os, grandes y peludos, a nadie le quedaron dudas: ¡NO! No habi´a lugar para ellos. Pero los carpinchos no podi´an regresar a su hogar, pues la temporada de caza habi´a comenzado... Asi´, carpinchos y gallinas deben entablar una convivencia que sera´ una revelacio´n.