HOBSON, ALLA J.
El autor utiliza, mediante notas que toma por la mañana al despertarse, sus propios sueños como ejemplo de las características formales y temáticas de la actividad onírica, para demostrar, con argumentos novedosos, los errores de Freud. No obstante, aun sea para impugnarla, la de Freud es una referencia necesaria. Con un énfasis didáctico que los lectores no especializados agradecen, Hobson hilvana su teoría y muestra su subjetividad con una prosa ligera y en ocasiones pícara, que hubiera hecho la delicia del padre del psicoanálisis. Al principio y al final de la obra el autor hace hablar al propio Freud expresando su deseo de penetrar el misterio de los sueños y las limitaciones teóricas y prácticas a las que se vio confrontado en su época.