BARANDIARAN, JAVIERA
Estamos acostumbrados a pensar que los Estados ven en la ciencia un aliago estratégico. Este libro plantea un estado alternativo, que compra conocimiento científico a través de mercados y, como resultado, carece de la capacidad de producir su propio conocimiento científico y técnico. Esto tiene examina esta dinámica en cuatro conflictos ambientales, muy diferentes entre sí sucedidos después de 1990, donde el Estado chileno, operando a través del mercado científico, trató de actuar como un "árbitro neutral" en lugar de intentar proteger el bien común. Se trata de un cambio impulsado en parte por la ideología del neoliberalismo, que privilegia los mecanismos de mercado y las iniciativas privadas sobre las acciones del Estado. Chile no ha invertido en laboratorios de ciencias ambientales, en agencias públicas con capacidades internas, ni tampoco en una red auxiliar de asesores científicos de confianza, a pesar de la creciente complejidad de los problemas ambientales y de una demanda ciudadana por una gestión ambiental más proactiva.
Después de describir el contexto histórico e institucional, Barandiarán examina cuatro crisis que sacudieron la confianza de los ciudadanos en la capacidad del Estado: el casi colapso de la salmonicultura por la pandemia del virus ISA; la contamición de la planta de celulosa Celco Valdivia que mató o expulsó a miles de cisnes de cuello negro de un humedal protegido; la mina Pascua Lama, que amenazaba a tres glaciares; y el proyecto HidroAysen, que consistía en cinco mega represas en la Patagonia chilena.