PALMIE, STEPHAN
A partir de la metáfora del ajiaco -plato mestizo por excelencia, símbolo de mezclas irreductibles- Palmié argumenta que los conceptos etnográficos no son ingredientes neutrales, sino resultados de procesos históricos, disputas interpretativas y encuentros marcados por asimetrías de poder. En lugar de sostener una separación clara entre sujeto investigador y objeto investigado, el autor muestra cómo ambos están profundamente implicados en un proceso de co-producción. La interfaz etnográfica, ese espacio donde se cruzan saberes, cuerpos y relatos, es aquí el verdadero foco de análisis.
Uno de los aportes más sugerentes de este libro es su atención a la serendipia como método: no como casualidad reveladora, sino como forma de apertura al acontecimiento, a lo no previsto, a lo que interrumpe la lógica lineal del descubrimiento científico. Este énfasis desestabiliza la figura del investigador como observador externo y lo sitúa dentro de una red de relaciones que hacen posible -y también problemática- la producción de conocimiento.