MORENO, JAVIER
Si el capitalismo siempre se basó en ese fantasma psicológico que es el individuo autónomo (libre para elegir entre las mercancías que el mercado ponía a su disposición), tal vez ha llegado el momento en el que la propuesta capitalista resida en la delegación de esa libertad, ya no en arraigadas tradiciones culturales o religiosas (contra las que se levantó el proyecto ilustrado), sino en procesos de naturaleza algorítmica. A ese ser humano desprovisto voluntariamente de opacidad frente a la ambición extractiva de datos por parte de las redes y plataformas, dimisionario de lo político, mero interfaz/transmisor de la comunicación digital, es a lo que hemos dado en llamar hombre transparente.