BALL, DANIELE / VERA, PATRICIO
El incendio más despiadado de la historia reciente de Chile casi redujo a cenizas el magnífico jardín botánico de Viña del Mar. Sorprendentemente, trece árboles de la especie Ginkgo biloba lucharon por mantenerse vivos.
Son descendientes de los árboles que sobrevivieron, hace ocho décadas, a una de las mayores tragedias de la humanidad: la bomba atómica de Hiroshima. Sus semillas han sido enviadas por Japón a varios países del mundo, entre ellos a Chile, como parte del programa Legado Verde de Hiroshima.
El Ginkgo biloba, además de resistir a estas catástrofes, tiene una larga y fascinante existencia y numerosos otros talentos.
El propio árbol es quien nos relata su historia.