CIFUENTES TAPIA, MACARENA
Estamos en pleno Mayo de 2018 y lo que vemos en todos los medios de comunicación son referencias a una multiplicidad de acontecimientos que han tomado protagonismo en las calles y en la sociedad: las movilizaciones feministas universitarias. Buena parte de la opinión pública se muestra indignada con la fuerza que ha tomado un movimiento exclusivo de mujeres y las críticas hacia las prácticas movimentales no se hacen esperar; otro sector se muestra indiferente a las demandas del movimiento apelando a una actitud exagerada por parte de las mujeres movilizadas. A pesar de la existencia de estas posturas, el movimiento feminista cada día se levantaba con mayor fuerza, poniendo en jaque y visibilizando conductas patriarcales al interior de los diferentes espacios educativos para además, plantear demandas que cambiaran radicalmente las formas de relacionarse entre las diferentes individualidades.
Son las mismas protagonistas del movimiento quienes se plantean la necesidad de verbalizar y verter en un espacio de encuentro las experiencias de movilización, las fortalezas y debilidades, las dificultades a las que se vieron enfrentadas, los aciertos y desaciertos, pero por sobre todo, las instancias de encuentro sororo y la construcción de propuestas levantadas por un movimiento donde son las mujeres quienes ejercen un rol político que disloca toda lógica previa de organización estudiantil. Es así que los testimonios compilados en este libro dan cuenta de esas vivencias, son relatos de mujeres de diferentes universidades, pero que desde sus propias palabras nos transmiten cómo fue hacerle frente a un modelo patriarcal que nos oprime y violenta constantemente, pero que desafiaron desde la organización colectiva, el acompañamiento, el posicionamiento político y la conformación de redes.
Esto se ve reflejado en los ocho relatos que integran estas páginas, narrando los elementos que caracterizaron las movilizaciones en sus propias casas de estudios y carreras, sus apreciaciones, aprendizajes, frustraciones y reflexiones acerca de las ventanas de posibilidad para que el movimiento feminista trascienda y genere cambios desde las raíces de la sociedad. Las experiencias movimentales aquí recogidas nos hablan de anhelos, dolores, aprendizajes, miedos, organización política, aciertos y fracasos, pero por sobre todo de emocionalidades individuales y colectivas que se muestran decididas a cambiar radicalmente las dinámicas machistas y patriarcales que permean los modos de relacionarnos. Las prácticas de movilización que se desprenden de cada relato nos permiten reconocer errores que devienen en aprendizajes, para finalmente imaginar nuevos feminismos y futuros posibles.
El aprendizaje en colectivo desde la movilización finalmente nos entrega herramientas no solo de acción directa a la hora de exigir la erradicación de las distintas violencias en múltiples espacios, sino que también nos deja aprendizajes acerca de las formas de vincularnos. Es la construcción de redes e interconexión con otros movimientos sociales y territorios lo que se desprende de estos testimonios, tanto como una deuda del movimiento feminista, como de un aprendizaje valioso propio de la reflexión que se ha propiciado tras un año del despertar de esta gran fuerza transformadora. Así, a la hora de adentrarse en estas páginas debemos re-pensar cómo las prácticas propias de las movilizaciones feministas y los aprendizajes que se extraen de esos meses en paros y tomas durante el 2018, pueden ser utilizadas para reforzar la importante presencia de los cuestionamientos al modelo de sociedad patriarcal y cómo proyectar las nuevas rutas de acción dentro del mismo movimiento.