ALONE
Alone (Hernán Díaz Arrieta) creció en una casa en que la literatura francesa estaba prohibida, acusada de poner en peligro la fe y las buenas costumbres. Algo sucedió, sin embargo, en algún momento de su vida de lector, que transformó esa relación distante en una predilección apasionada: Me tomó tan a fondo, confiesa, que sus costas me parecían las de siempre; su tierra, más propia que la mía; y aun los mecanismos de su lengua, apenas dominada, me resultaban más cómodos que el español natal. Quizás un poco oculta detrás de su imponderable figura de crítico y sus trabajos sobre literatura chilena, la admiración casi incondicional de Alone por las letras francesas dio lugar a algunas de sus más brillantes crónicas literarias, las que reunidas en este libro conforman un verdadero testimonio de vida. De Balzac a Camus y de Proust a Simone de Beauvoir, pasando por Flaubert y Gide, el gusto literario de Alone se despliega aquí en su elemento, combinando el placer de la lectura con una inteligencia forjada por el autodidactismo y el metódico ejercicio de esa prosa sencilla y amable con que el crítico sello su rol protagónico en la vida cultural chilena del siglo veinte.