CADENA, ANDRES
Algo se ha perdido, o está por perderse, o, quizá, está ahora mismo perdiéndose: ese desliz sutil, ese movimiento inaprensible y levemente inmaterial es el aliento que sostiene este libro de Andrés Cadena. Podría ser el recuerdo, que aparece más para señalar hacia el paisaje incognoscible de todo lo que queda olvidado que para reponer cualquier pasado, o un rasgo fundamental pero oculto, simple pero inextricable, que podría revelar el carácter verdadero de un personaje, o el mundo mismo en su fugacidad, el modo que tiene de escurrirse ante la mirada: en estos relatos nada es del todo cierto, salvo la radical cintilación -un vaivén interminable- de todo lo que existe. Aquí el camino errado es siempre ese que se elige, un sendero que se bifurca y lleva siempre al lugar equivocado o, más precisamente, a un destino equívoco: estos personajes ya no se preguntan qué hubiera sido la vida si hubieran tomado otro sendero, sino que habitan, entre la evocación y la perplejidad, los no lugares a los que los llevó su soberano, derrotado, ineluctable deseo de vivir.