FABIOLA HOTT
Con frecuencia, el electicismo es una postura intelectual que supone el maltrato por parte de la mente unidimensional, por angas o por mangas. He ahí el coraje de quienes escriben a partir de la realidad y no de las creencias sobre ella impuestas y naturalizadas por la tradición, o por las interesadas interpretaciones enarboladas por las ideologías.
Viene aquí Fabiola Hott a tensionar el tema de la memoria personal inserta en un colectivo educado en las prácticas del olvido. Se trata de un darse cuenta que implica el desafío de atravesar el dolor en distintas dimensiones: el de la ausencia repentina de un ser querido, el de la versión familiar dada a tal desaparición, el de la interpretación autoritaria otorgada a la circunstancia sociopolítica que le dio origen.
Su manera de encarar discursivamente este via crucis sorprende por la complejidad estructural discurrida para plasmar su historia y el estilo resuelto - a la vez anecdótico y reflexivo - para articular su lenguaje, configurando una atmósfera narrativa que establece vínculos con la poética posmoderna, esto es, vértio de las imágenes y velocidad de la operación descriptiva.
La reconciliación, como deseo y como imposibilidad, recorre como un fantasma esta primera obra de FAbiola Hott, trazando con energía un surco donde vierte la semilla de la duda sobre las supuestas verdades esgrimadas por las perspectivas ideológicas en conflicto, y en el áfan de abrir cauce a una comprensión amorosa de la existencia.
Por sobre la complejidad de su discurso - intenso y memorable - no caben dudas que para muchos lectores de su generación esta obra podrá resultar una Caja de Pandora que traiga al presente emociones hasta ahora reprimidas; sin embargo, parece indispensable atravesarlas para alcanzar un estado de liberación personal que incida positivamente en la salud mental del colectivo.