JAQUENOD DE ZSÖGÖN, SILVIA
A lo largo de su evolución, el ser humano ha ideado con genialidad formas para superar los constantes desafíos, ha sobrevivido, florecido y prosperado. Y también ha hecho del mundo una enorme industria de donde brota, muchas veces, la mal ganada riqueza en una mezcolanza informe de fermentación y tumulto, manipulando productos y sustancias químicas improbables para fabricar innecesarios artículos. Hoy se evoluciona hacia el pasado en una búsqueda desesperada de encontrar alimentos sostenibles, sanos y nutritivos. Se mira al futuro pensando en el pasado, en medicinas naturales, en aire puro, suelos productivos y aguas libres de contaminación. Frente a esta situación no es el momento de discutir quien tiene más o menos razón, o quién, o qué proceso ha sido el responsable. Tampoco es el momento de dividir al mundo científico de acuerdo con lo que cada uno legítimamente defiende; se trata, más bien, de tener algo de conciencia planetaria, de mirar atrás y aprender de los errores, de cambiar de actitud ante los problemas reales y de enfrentar los desafíos del acelerado cambio global en forma conjunta, considerando los efectos de todas las decisiones y acciones en la compleja trama de la vida.
