Daniel Rojas Pachas elabora sus textos mediante una saturación o estridencia medio pornográfica, mostrando escenas destrozadas de violencia, sadismo, locura o miseria: situaciones infernales, en todo caso, que se suceden rabiosamente. Estos textos tienen un aire a cyberpunk, y a la vez, a cine gore con lo que se configura una atmósfera enrarecida que, si bien se sitúa en el presente, deja la impresión de ser una era postapocalíptica ( ) Rojas Pachas plantea así una literatura de la furia o, derechamente del mal. [Leonardo Sanhueza] Los personajes centrales, parte de una familia marcada por la separación paterna, son presentados a brochazos por sus acciones inconclusas y sus proyectos imposibles o delirantes, como si buscasen una definición de sí mismos desde el más allá de un entorno marcado por la falta total de sentido y la indiferencia ética absoluta. Este más allá, marcado por el incesto y el crimen, encuentra su lugar en una cultura de masas en que la duplicación espectral -como personaje de comic, avatar de juego de videos o nick de chat- da una sombra de sentido, sin alcanzar a proponer un destino trascendente. [Carlos Henrickson]